Posición Avanzada ( 1965 )



Producción española dirigida por Pedro Lazaga

Reproduzco el comentario del Mayor Reisman

http://major-reisman-cine-belico.blogspot.com


Posición Avanzada” está dirigida por Pedro Lazaga y es del año 1965, es decir, está filmada durante la dictadura de Franco. Es cierto que se realizó durante una época en la que ya comenzaba a haber un cierto aperturismo en dicha dictadura, pero la película tiene que pagar algunos “peajes” para con el régimen. Sin embargo, en mi opinión esas concesiones al poder están bastante bien resueltas, e incluso quedan como un chiste. De hecho la película también tiene algunas críticas soterradas a la situación de la GCE. Y personalmente creo que hay cosas que luego las tomará prestadas Berlanga para “La vaquilla” realizada veinte años después.

Aunque el guión de “Posición Avanzada” no es muy original si lo comparamos con cualquier película bélica norteamericana la película promete desde el primer momento. Nada más empezar vemos un tranquilo río, y entonces mientras se rasga una guitarra, se suceden diversas explosiones acompañando al acorde. Como he dicho la historia es simple. Comienza con un niño que encuentra un casco agujereado y se lo lleva a su padre. Este comienza a recordar que el casco perteneció a uno de sus camaradas y comienza a relatar su historia.

Un pelotón del ejército de los nacionales recibe la orden de dirigirse a una posición avanzada al lado de un río y que cubre las líneas de suministro de un regimiento. La posición es conocida por “La sartén” pues siempre están saltando chispas. Al mando del pelotón está un alférez recién salidito de la academia con cara de tierno infante que no ha roto nunca un plato y que no se ha ido de putas tal y como deja claro una insinuación del coronel y de su ayudante de campo sobre el lugar donde ha realizado los estudios. Pero quien realmente manda “de facto” el pelotón es el típico sargento que se las sabe todas, interpretado en este caso por Antonio Ferrandis (si, si, el posteriormente famoso “Chanquete”). Es una de los mejores interpretaciones del típico “sargentos chusquero español” de la subespecie “bonachona” que he visto en mi vida. El pelotón está integrado por los típicos soldados de las películas, el “filosofo” interpretado por Manuel Tejada, el “caradura”, el veterano, el manitas, el campesino cuyo pueblo, su mujer y su hijo está justo al otro lado de las líneas, el patoso, etc.

El pelotón inicia la marcha cantando una canción que hace referencia al nombre de su unidad, “los gatos”, pero enseguida se tienen que callar pues deben de pasar por un lugar que está batido por la artillería enemiga. La escena tiene un punto gracioso cuando se ve a todo el pelotón corriendo para ponerse a cubierto cuanto antes menos el soldado veterano que va solo y andando despacio. Ante los gritos del sargento apremiándole este responde “¡Anda ya! pero si estos no gastan una bomba para uno solo”. Y efectivamente tiene razón.

Tras llegar a “La sartén” el alférez releva a un teniente. El relevo está perfectamente representado. El teniente, un veterano, le explica la situación, la disposición de la trinchera, donde está escondido el cañón y por supuesto, donde está el puesto de escucha.

Nada más despedirse las tropas relevadas el sargento comienza a tramar algo con otros soldados. Se dirigen a la trinchera y comienzan a agitar una bandera mientras Antonio Ferrandis comienza a vocear para llamar a un paisano suyo del pueblo cantabro de donde proviene. Los dos son antiguos amigos y entre chanzas de los unos y los otros se ponen a pescar en el río ¡con granadas! Evidentemente el alférez llega corriendo pensando en un ataque, pero el sargento le tranquiliza diciéndole que el coronel permite la pesca siempre y cuando le manden las mejores capturas. La escena completa es totalmente berlanguiana.

Todo parece indicar que la guardia en “La sartén” va a ser tranquila, pero al día siguiente cuando se quiere reanudar la “pesca”, el soldado que levanta la bandera blanca es abatido por un “paco” o francotirador. Evidentemente, el sargento les quiere dar de lo suyo a los del otro lado, pero el alférez consigue “calmarle” demostrando que también sabe dar órdenes. Nadie se explica lo ocurrido, hasta que les llegan informes que les comunican que las tropas republicanas han sido relevadas por una brigada internacional alemana.

Esto es significativo. A pesar de que es una película sobre la Guerra Civil Española, Lazaga no quiere representar dicho enfrentamiento en su película, y en su lugar utiliza el recurso de sustituir a los republicanos por “alemanes”, los típicos malos de las películas de guerra.

El “paco” consigue que nadie levante la cabeza de las trincheras más de lo necesario así que se hace necesario librarse de él. Al final le localizan y le encargan la tarea de eliminarle al mejor tirador. Este resulta ser el “filósofo”, del que anteriormente sabemos que se cambió de bando y que ahora hace más las labores de sanitario que de soldado pues la violencia le repugna. Sin embargo, no tiene más remedio que acabar con el “paco”.

Como se teme un ataque en la zona, llega una unidad de zapadores y se disponen una serie de minas. El sargento tiene una charla bastante curiosa con su homólogo de los zapadores. Hablan de ascensos y de cuantos tienen delante. El sargento interpretado por Ferrandis dice que a el le quedan 9, pero rectifica a 8, pues uno ha caído recientemente. Mientras se colocan las minas, el soldado originario del pueblo cercano aprovecha para ir a ver a su mujer y su hijo. Evidentemente, en “La sartén” descubren su ausencia pero el sargento consigue convencer al alférez de que no de parte hasta que se haga de día, pues confía en que volverá.

La historia de este soldado es lo que menos me gusta de la película. Aparte de tener que atravesar el pueblo, llegar a su casa, ver a su hijo y acostarse con su mujer tiene tiempo de ponerlos a ambos a salvo en el pueblo de al lado. Y evidentemente vuelve a “La sartén” y de paso hace una heroicidad. Vuelve herido, of course! pero tras haber hecho explotar una posición de morteros que él suponía que debía de estar en un altozano cercano, que evidentemente él conoce perfectamente pues no en vano es su pueblo. Además, avisa que el ataque es inminente.

Nada más amanecer comienza el ataque. Y no está mal hecho. Primero se ve el cañoneo por la artillería y luego el asalto por los brigadistas. Evidentemente la posición es heroicamente defendida por todos ellos y el ataque fracasará, pero solo habrá un superviviente. La película termina con un plano que nos muestra a todos los muertos de uno y otro bando acabando en el casco agujereado encontrado por el hijo de este último soldado al comienzo de la película.

Ciertamente una película bastante maja para cualquier aficionado al cine bélico español y que me sorprende que sea casi una desconocida.

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