Las 13 rosas ( 2007 )



Producción española dirigida por Emilio Martínez-Lázaro

El 1º de abril de 1939, con la entrada en Madrid de las
tropas de Franco, termina la guerra civil española.
Temiendo la sangrienta represión que se
avecinaba, muchos republicanos huyen del país
pero otros no pueden o no quieren. Como las jóvenes
muchachas protagonistas de esta historia real.
Franco promete que solamente serán castigados los
que tengan las manos manchadas de sangre. Y ninguna de
esas chicas las tiene. Como Carmen, por ejemplo, de 16 años,
que militaba en las Juventudes Socialistas pero nunca tuvo
un arma. Ni su amiga Virtudes, que servía en casa de
unos nuevos ricos franquistas y pasó la guerra dando
de comer a ancianos y niños en el Socorro
Rojo. O Julia, una cobradora de tranvías, que se
había afiliado a las Juventudes Socialistas para poder
hacer deporte en las instalaciones de la sede.
Y el caso de Blanca Brisac, hija de un judío francés,
es más evidente todavía. Es católica, votante de la
derecha, madre de un hijo y que ha acudido a
ayudar económicamente a un músico, militante
comunista, compañero de orquesta de su marido.
Eran muchachas jóvenes, con ilusiones, que tenían
novio, que iban al cine o a bailar y se divertían como
podían en aquellos duros y grises días de la
posguerra.
Las detuvieron al mes de acabar la guerra.
Algunas se conocían entre sí pero otras no. Sufrieron
duros interrogatorios policiales y finalmente fueron
trasladadas a la cárcel de Ventas donde había miles
de mujeres hacinadas en las celdas de la presión.
A las 13 detenidas, a las que sus compañeras
bautizaron como “las menores” por su corta edad,
las incluyen en la misma causa bajo la acusación
de ayuda a la rebelión y haber planeado un atentado
contra Franco, un atentado irreal pero que daba
base a la acusación. Todo muy abstracto, sin pruebas.
Ellas y sus familiares estaban tranquilos, a lo máximo
les caerían unos cuantos años de cárcel.
Pero unos días antes de que se celebre el juicio
se produce un atentado contra un militar franquista
en el que mueren tres personas. Nada tienen que
ver con ello las 13 jóvenes porque estaban en la
cárcel cuando ocurrió todo.
Pero se fraguó una venganza y el Tribunal Militar
las condena a muerte y en menos de 48 horas son
fusiladas.
Carmen, la más joven de todas, la única
superviviente, escucha desolada
los trece tiros de gracia desde la ventana de su celda.

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